TOLERANCIA A LA AMBIGÜEDAD
El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define a la tolerancia como el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.
El concepto se origina en el latín tolerare (“soportar”, “sostener”) y hace referencia al grado de aceptación
respecto a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. En
otras palabras, la tolerancia es la actitud que una persona tiene
respecto a aquello que es diferente de sus valores.
Es importante tener en cuenta que la tolerancia no es lo mismo que la indiferencia; es decir, no prestarle atención o negar los valores del prójimo no es una actitud tolerante. La tolerancia supone el respeto mutuo y, en su grado máximo, el entendimiento mutuo, aún cuando no se compartan dichos valores.
La
tolerancia es la capacidad de escuchar y aceptar a los demás,
comprendiendo el valor de las distintas formas de entender la vida. De
todas maneras, estas formas de entender el mundo no pueden atentar
contra los derechos de los demás. Si un sujeto tiene valores que
implican conceptos de supremacía racial y busca el exterminio del
prójimo, por ejemplo, no significa que haya que tolerar su postura.
La tolerancia a la ambigüedad
se refiere a la capacidad para permanecer algún tiempo en situaciones
confusas y no resueltas sin precipitarse por resolverlas forzando un
cierre prematuro de la situación problemática. Tolerar la ambigüedad no
implica permanecer en ella, y tampoco apunta a una experiencia caótica,
indiscriminada sino que incluye una forma de ir asimilando la
experiencia de manera ordenada sin forzar las respuestas
Según varios estudios, la tolerancia a la ambigüedad
es la posibilidad de una persona de que algo pueda entenderlo de varios
modos o de que admita distintas interpretaciones, se considera como
buen predictor (inicio) de éxito en la vida cotidiana.
El tener tolerancia a la ambigüedad significa:
· Prestar atención a mayor información
· Poseer un comportamiento flexible ante los cambios
· Ser sensibles a las características internas
· Interpretar más datos
· Controlar el estrés, los conflictos y los mismos cambios
Con
base en lo anterior, el estudio de la tolerancia a la ambigüedad
obedece, a que todo directivo debe ser tolerante a la ambigüedad, ya que
ésta le permitirá lanzarse a hacer cosas aún cuando sienta que sería
difícil lograr. Así mismo, ser tolerante a la ambigüedad le implicaría
seguir adelante con poca información, con poco capital, pero con ideas
novedosas, lo cual lo colocará como directivo exitoso.
muchas gracias
ResponderEliminarPor nada estamos para servir.
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